Es extraño y se siente como un acoso personal. Pero no es magia, ni brujería. Es publicidad personalizada y llegó aquí para quedarse.
Lo que me ocurrió a mí con los lentes es uno de los tantos brazos de esta maquinaria de marketing conocida como retargeting.
Funciona de la siguiente manera. La publicidad personalizada se dirige a los consumidores que visitaron un sitio web, pero que al final no realizaron una compra.
Se cree que el 98% de los internautas visitan sitios sin consumir lo que dicha página ofrece, ya sea una membresía o la compra de un producto.
La idea de las empresas es que si ya consiguieron que una persona los visite, vale la pena invertir en publicidad que “siga” al consumidor a través de las páginas web que visita para convencerlo de que es necesario que realice una compra.
Interesante post de David Cuen en los blogs de BBC Mundo.
Cierto Mercadolibre.com siempre lo hace… lo hace desde hace mínimo 3 años (cuándo me di cuenta de eso)…