Ofrecían pasaportes en tiempo récord y hechos en Buenos Aires. El servicio costaba unos 50 pesos por encima de los 130 que se debía pagar por el trámite en si. Y cuando la gente no tenía dinero, podía pagar con especies: recibían desde cerdos y salames hasta celulares.
Esta especie de “gestoría” ilegal era llevada adelante por cinco policías federales de la Delegación de Bell Ville, en Córdoba, desde fines de 2008. Ahora, el juez federal de esa provincia, Oscar Valentinuzzi, procesó por cohecho, estafas y falsificación de documentos a los agentes, entre los que figura el ex jefe de la Delegación y cuatro suboficiales. Por ahora los imputados están en libertad y así llegarán al juicio oral y público por tratarse de delitos excarcelables.
Bueno, a ver si es el comienzo del destape del negocio de los pasaportes. O si sólo queda en estos cinco.